Salmones río arriba

Ya se han pescado los primeros salmones de la temporada (los “campanu”) en los ríos salmoneros del Norte, y aunque ya no se hace repicar las campanas como antaño, continua siendo todo un acontecimiento en los valles donde se concentran los pescadores para la ocasión. Desde final del invierno y durante la primavera los salmones se reúnen en la desembocadura del mismo río en el que nacieron, después de pasar de uno a tres años en el Atlántico. Agrupados, a lo largo de los primeros meses del año remontan el río para volver a su lugar de origen en el curso alto y cumplir con el rito de la reproducción. Comienza así de nuevo otro ciclo para los salmones que están naciendo estas semanas en los ríos y que en unos años serán los que protagonicen esa espectacular remontada a la que asistimos estacionalmente.

MdA Asta grabada de Lortet (Francia)

Es todo un espectáculo de la Naturaleza: la extraordinaria capacidad de orientación de los salmones en el océano, su proeza remontando el río contracorriente, sus saltos acrobáticos para salvar los desniveles. Somos testigos atentos de este acontecimiento desde el inicio de nuestra historia, como nos recuerdan algunos de los primeros grabados.

En los tiempos de Altamira personas especialmente hábiles grabaron sobre fragmentos de hueso, asta o dientes escenas  aparentemente cotidianas, quizá atribuyendo valores o significados extraordinarios basados en la puntual sorpresa que también nos produce ahora el espectáculo de los salmones río arriba. Entonces se añadiría la satisfacción por un nuevo recurso alimenticio ofrecido por la Naturaleza, abundantemente, y que se explotó desde la prehistoria hasta el siglo XX, cuando la contaminación de los ríos y su alteración por el aprovechamiento hidroeléctrico redujo la pesca del salmón a la actividad deportiva que es actualmente, y convirtió su consumo en un lujo.

Se conservan en Europa hasta once objetos paleolíticos decorados en los que se distinguen salmones en movimiento en escenas compartidas con ciervos o ciervas. Algunas reproducen detalles minuciosos, como el asta grabada hallada en Lortet (Midi-Pyrenees, Francia) a finales del siglo XIX. En otros casos captan la esencia de cada animal y su movimiento en muy pocos trazos, como el grabado sobre un fragmento de punta hallado en la Cueva de Bourrouilla en Arancou (Francia), una auténtica miniatura paleolítica.

 MdA Grotte du Bourrouilla á Arancou

El Abrigo del Salmón (L´abri du saumon, Perigeux, Francia) se llama así por un enorme salmón esculpido en su pared. En el Museo de Altamira se expone un salmón grabado en un hueso hallado en la cueva El Pendo (Cantabria), cuya boca nos indica que se trata de un macho adulto. Seguimos atentos a la Naturaleza espectacular que nos rodea.

 

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