«¡Papá, mira, bueyes!»

¿Bueyes o toros? ¿Qué dijo María Sanz de Sautuola en 1879 al ver animales pintados en la cueva de Altamira? A comienzos de 1992 recibí la llamada de uno de sus hijos, Emilio Botín Sanz de Sautuola (ex presidente del Banco de Santander). “He sabido que participa en el guión de una película sobre el descubrimiento de Altamira –vino a decirme- Quiero que sepa que mi madre nos contaba que ella  había dicho  -“Papá, mira: bueyes”, y no otra cosa”. La conversación fue breve –era un anciano de 90 años-, pero su interés por la exactitud de aquellas palabras era tan grande que hasta me encargó cuidar (sic) que, al traducir el guión al inglés (algo que dio por supuesto), se dijera ox y no bull.

Para el pabellón de los descubrimientos de la Exposición Universal de Sevilla de 1992, para el cine omnimax (gran pantalla hemisférica) se hizo una superproducción cinematográfica sobre los grandes descubrimientos científicos, y empezaba con el de Altamira. Del negro inicial se entraba directamente en una escena en la que se veía a Marcelino Sanz de Sautuola excavando en el suelo; su hija, sola, más allá, levantaba un farol de vela, iluminaba los “bueyes”, se lo decía a su padre… y la cámara,  con un rápido zoom,  se centraba en un primerísimo plano de la llama del farol hasta deslumbrar ocupando toda la pantalla;  de inmediato, retrocedía de nuevo la cámara y la cegadora luz era entonces la de los ruidosos motores de un cohete Saturno despegando y desapareciendo en el firmamento. Sin interrupción, la cámara bajaba de las estrella en la que se había quedado centrada para mostrar un grupo de astrónomos andalusíes, con sus instrumentos, en alguna terraza de Medina Azahara: un comienzo espectacular, impresionante, sobrecogedor.

En ese film, en los de este museo y en nuestros libros María siempre dice “bueyes”. Al recordar la cita de Kühn que publicamos en este blog la semana pasada  pensé que les gustaría conocer estos detalles.

José Antonio Lasheras, director del Museo de Altamira.

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